Carmen

En los 70 y los 80 empecé a entrar en contacto con algunos médicos de España que venían a hacer investigación o prácticas en los hospitales de Pittsburgh. Acogí y atendí a muchos de estos médicos con los que continúo manteniendo contacto hasta el día de hoy.

También en los 80 fui parte de un grupo de baile llamado La Fiesta a través del cual expresaba y mostraba la diversidad de la cultura hispana, incluyendo el flamenco y la jota aragonesa. En esa misma época pertenecía a otro grupo llamado “The Hispanic forum of Pennsylvania” el cual se dedicaba a recaudar fondos para ayudar a promocionar la cultura hispana. Por esta labor de divulgar la cultura de España a traves de los bailes recibí una placa de reconocimiento de este Forum.

En 1999 vino un grupo de embajadores de distintos países a Pittsburgh a un show internacional de teatro, y me llamaron a ser la anfitriona del embajador español.  En su lugar vino Ramon Cercos, el ministro de asuntos exteriores de España con su esposa Paola. Le fuimos a recoger al aeropuerto y lo llevamos a Mount Washington donde los recibió la alcaldesa de Pittsburgh de entonces, la Sra. Sofia.  De ahí fuimos a la Universidad de Carnegie Mellon donde tuvieron una demostración de Robótica, y de ahí a un almuerzo copioso. Por la noche tuvieron una conferencia de prensa seguida de una cena en el Westyn William Penn, y de ahí fuimos caminando al Benedum Center a la primicia del Festival de Bailes Etnicos. Es un recuerdo que mantengo muy vivo en mi vida.

En el año 2001 conocí a Silvia Santana y, como Silvia menciona en su ficha, se empezó a formar el grupo pata negra y sus numerosas fiestas. Recuerdo especialmente la primera vez que nos reunimos en Noche Vieja en casa de Silvia, nos encontrábamos Silvia, Eli, su hermana Katy y sobrino Michael, Maria la de Badajoz, el padre Abelino y yo, que marcaba la primera reunión de pequeñita de españoles. Formé parte de todas las actividades desde el principio y fuí reconocida como las más marchosas porque llegaba siempre la primera a todas las fiestas y me iba la última y, bueno, mi energía no tiene fín cuando se trata de pasar tiempo junto a los depatanegra.

Los de Patanegra somos un secreto que Pittsburgh aún no ha descubierto. Es un grupo de mucha variedad donde todo el mundo se lleva bien, se ayuda, disfrutan con todas las actividades y, son unas fiestas tan agradables y tan unidas.

También soy la abuela postiza de todos los patanegras que nacen aquí! 

Un abrazo a todos, y fuerza a los depatanegra!