La historia de Halloween

Patanegras, Halloween ya está aquí. Preparad vuestros disfraces y adornos, huy qué miedo qué miedo.

Calabaza de Halloween

Calabaza de Halloween

El WEP se pone patillas y peluca, la WEP se disfraza un poquito, y todos a pasarlo bien, que para eso estamos.

Halloween empezó más o menos hace un montón de años, por lo menos más de 10 o 12. En aquellos tiempos, según varios documentos históricos que el WEP conserva en una caja de galletas María, Facebook no existía, Barrio Sésamo ya no lo daban por TVE, y que España ganara un mundial de fútbol era un sueño tan lejano como ganar la lotería o que Pittsburgh tuviera vuelo directo a Madrid o BCN.

Un carpintero de la zona de Monroeville, que se llamaba Manolo, comenzó a ver películas de George Romero. Al hombre le gustaron, aunque le daban un poco de miedo. Al cabo de una larga tarde de sábado, después de comerse enterito el Cine de Barrio (cuando aún lo presentaba Parada), se le ocurrió una idea.

– ¿Qué pasaría – se preguntó el carpintero – si me disfrazara de zombie o algo, así a lo loco, el 31 de octubre por la noche?

Manolo le comentó la idea al EntrenAitor, que ya andaba entonces por ahí (aunque aún por Minnesota), para ver si era algo que se pudiera convertir en costumbre.

-Mira Manolo, para empezar tú no te has apuntado a la lista de los matxakas, vergüenza debería darte…mira que como se lo diga al WEP…

-Pero Aitor macho, pero si no existe ni la WEP en este momento de la historia.

-Bueno, bueno, minucias, minucias. Mira yo te comento, en su día, también empezamos una tradición en Pittsburgh, la del vino caliente, y gustar gustó mucho, pero no acabó de cuajar.

-Pues yo ya si eso – se aventuró Manolo- yo empiezo lo de vestirme de zombie, y le voy a llamar Halloween, porque tengo mucho ingenio y se me acaba de ocurrir el nombre.

Y así, patanegras míos, es cómo comenzó la tradición de Halloween.

Saludos weperos!

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